Hartwig fundará inmobiliaria propia tras dejar Socovesa luego de 30 años en la empresa
A sus 62 años, Cristián Hartwig está lejos de pensar en el retiro. Pese a que el 26 de abril dejará la presidencia de Socovesa, la mayor inmobiliaria del país, planea seguir en el rubro y ya delinea lo que será su nueva empresa.
“Estoy en conversaciones con alguna gente ligada al sector inmobiliario para ser socios en este nuevo proyecto”, comenta.
Paso que dará luego de estar 30 años ligados a Socovesa. Por 14 años fue subgerente general de la firma, otros 10 años gerente general y seis años ostentó el cargo de presidente de la firma ligada a la familia Gras.
“Cuando llegué, Socovesa -que ya tenía 20 años- vendía 100 mil UF, lo que es bien poco, equivalente a 10 departamentos de 10 mil UF o 20 de 5 mil UF, es decir, un edificio muy chico al año”, comenta sobre sus inicios en la empresa.
Pero con ayuda de la banca, agrega, y a un “razonable buen ojo” para invertir en proyectos, comenzó el crecimiento de la inmobiliaria hasta posicionarse como la de mayor tamaño en el país.
Aunque, recuerda, también hubo malas decisiones. “Nos metimos en Argentina que nunca fue bueno, por eso tengo distancia al incursionar en el extranjero, también entramos al negocio de ingeniería, pero nos fue mal. Sin embargo, con el resto, le hemos achuntado más medio a medio que de lado, por lo que estoy muy contento”, dice.
-¿Cuál es el balance que hace de su estadía en Socovesa?
-Es una carrera larga. Cuando yo partí acá, Socovesa vendía 100 mil UF anuales y hoy día vende 15 millones. Era una empresa muy chiquitita, con unas oficinas muy pequeñas en el centro y en esa época había inmobiliarias grandes, pero hoy nosotros somos la más grande. Entonces, mirado desde el punto de vista económico, ha sido una historia de harto éxito, por lo que muy contento al mirar para atrás y ver lo que se ha construido y espero que perdure muchos años.
Ahora tengo varios proyectos personales para continuar en el negocio residencial a pequeña escala. Eso es lo que conozco.
-¿Saldrá del directorio?
-Salgo del directorio porque, a pesar de que me pidieron que me quedara en él, después de haber sido presidente ejecutivo, quedarme como director, a la edad y ganas de trabajar que tengo, no me pareció una buena idea. Además, en este tipo de cosas siempre aparecen incompatibilidades y preferí terminar completamente la relación.
-¿Va a fundar una nueva inmobiliaria?
-Sí, estoy viendo partir con una o dos pequeñas inmobiliarias asociado con distintas personas.
-¿Enfocada en el negocio residencial en Santiago o piensan en otro producto?
-No, pensado en el negocio residencial en Santiago.
-¿Cuáles son sus aspiraciones? ¿Una inmobiliaria boutique o masiva?
-Masiva en ningún caso, porque estamos hablando del patrimonio de un obrero (risas). Pienso en una compañía mediana, que venda entre 100 mil UF a 200 mil UF anuales. Eso es lo que tengo planeado, después si hay que acomodarlo para arriba o abajo ahí se verá.
Si hay algo que he aprendido de este mercado es que se requiere mucha flexibilidad, estas tonteras de un plan a cinco u ocho años no sirven, hay que revisarlos periódicamente más que encasillarse.
-¿Con qué relación queda con la familia Gras?
-Esta es una cuestión que habíamos conversado hace tres años, por lo que para la gente de dentro de la empresa esto no era ninguna sorpresa y la relación es muy buena, no hay ni quejas ni cuentas pendientes.